Ese
día cuando llegue a casa estaba Liz, como de costumbre les salude con un hola y
me dirigí a mi habitación
-oye
carlita-dijo ella-no te vayas te queremos dar una noticia
Roger
me hizo una cara de suplica al ver mi cara de no querer escuchar nada. Solté un
suspiro y me senté en uno de los
sillones
-qué
pasa?-pregunte sin mucho afán
Deje
mi bolsa a un lado y me acomode poniendo mis pies en las rodillas
-te
tenemos una sorpresa-dijo con una enorme sonrisa, tenía a Roger amarrado del
brazo
-están
embarazados?-temía que me dijeran ¨si¨
Eso
podría significar muchas cosas, que ya habían estado juntos y sobre todo que Liz
ya había amarrado a Roger para siempre, Roger jamás dejaría a un niño solo, es más
si por eso tendría que casarse con una mujer que no amaba, lo haría y sobre
todo haría hasta lo imposible por que fuera feliz.
Se
miraron con cierta complicidad, Roger rio un poco y negaba con la cabeza. Me
voltearon a ver los dos
-claro
que no!-se levanto y se sentó junto a mi-hay tontita. Aun no te aremos tia.
-entonces?
-ya
tenemos fecha para la boda
En
menos de 3 semanas ya tenían fecha. Liz de verdad quería amarrar a Roger.
Liz
sonreía en complicidad a Roger, tenerla alado no me gustaba nada
-nos
casaremos en un mes!-me abrazo y en el oído me susurro-te gane
Roger
miro mi cara, él sabía que no me había caído nada bien la noticia, el me
conocía de verdad
-felicidades-dije
entre dientes
Liz
se levanto nuevamente y fue a lado de Roger. Sonreí hipócritamente, tenía que
fingir por mi bien y por la de el que estaba feliz…
-los
felicito!-escupí
-gracias-dijo
el
-bueno
me retiro estoy muy cansada…-tome mi bolso y subí lo más rápido que pude
En
cuanto entre al cuarto me tire sobre la cama. Un nudo en la garganta se me
hizo, los ojos me ardían, me los talle un par de veces, quería llorar pero el
llanto no salía
Tome
el teléfono y marque un número que ya me estaba aprendiendo
-Carla?-pregunto
inquieta-que tienes? Te paso algo?
-te
puedo ver?-el nudo en mi garganta no dejaba que hablara bien
-sí,
sí, te veo en… la cafetería en la que almorzamos
Colgué
y Salí por la puerta de atrás. Camine hasta allá, no era lejos y que despejarme
un poco.
Porque
tenía que afectarme que mi mejor amigo se casara? Ya lo sabía, y ahora que
tenían fecha debía cambiar algo? Se veía
que él la quería, y ella… pues bueno no estaba tan segura, pero él la haría
feliz y eso lo haría feliz… bueno eso pensaba.
Cuando
llegue ella ya estaba allí. Me senté frente a ella
-Pedí
café-me recibió sin un ¨hola¨-que pasa?
-se
casan en un mes-escupí
-y
la noticia te afecto, eso es lo que pasa?-me cuestiono con un tono de ironía
-no
lo sé, tal vez eso o que Liz me dijera ¨te gane¨. Como si Roger fuera un premio
-te
dijo eso? Estas segura, o tu pensaste que lo hizo?
Desde cuando
lucia era psicóloga?
-me
lo susurro cuando me abrazo, sé que me lo dijo
-entiendo,
eso es lo que piensas?
-no
lo imagine!-lo dije casi gritando
-y
todo esto-se recargo en su silla-como te hace sentir?
-pues…
no lose, tengo muchos sentimientos encontrados!
-deberías
de contestar la pregunta –llego el mesero y dejo las tazas-no a mí a ti
No
dije nada, mire alrededor, y agradecí que no hubiera personas, me recargue en
la silla, y lance mi cabeza hacia atrás dejándome ver el cielo estrellado.
Lucia
tomaba café y me miraba, sentía su mirada sobre mí. Cambio el tema dejándome en
mi mundo todo lo que sentía
Salimos
del lugar como alas 11, ya que literalmente nos corrieron. Me llevo a la casa
en su coche, la verdad lucia tenía un hermoso auto, parecía sacado de los años
80´s. con una sonrisa en el rostro me dijo ¨no lo dejes ir. El es tu felicidad¨
Arranco
sin dejar que le dijera algo. Entre a la casa y estaban todas las luces apagadas,
estaba a punto de subir las escaleras cuando una Luz se prendió.
-dónde
estabas- estaba sentado en el pequeño sillón que daba de frente a la entrada-
ya casi es media noche
Revise
el reloj de la pared 11:05pm
-son
las 11, y no tengo porque darte explicaciones, ni que fueras mi padre
-estaba
preocupado-tomo la taza que tenia a un lado y camino a la cocina. Obviamente lo
seguí- temía que hubieras hecho una locura
-porque?-sentí
un tono de reproche. Aunque no lo quise así
-no
te cayo también la noticia de la boda-dejo la taza en el fregadero y se paro
frente a mi-la quiero mucho, no sé si de verdad la amo, pero estoy decidido a
hacerla feliz
-si
ella te hace feliz, yo soy feliz-di la vuelta y subí al cuarto
Volvía
tirarme en la cama, esta vez las lagrimas si salieron. Ya no había razón para
ocultarlo, para ocultármelo! Me estaba muriendo. Lo amaba? Esa era la razón de
la tristeza aun no podía contestar esa
pregunta, no estaba preparada para enfrentarme.
Al
otro día estaba desayunando un plato de fruta en la orilla de la piscina,
leyendo el periódico, tenía que encontrar rápido donde mudarme. Estaba claro
que Liz me echaría desde que fuera la señora González y yo no podía soportarlo.
Además ya no lo podía ver, no me confesaba amarlo pero no lo negaba y estar
junto a el no me ayudaba.
Tenía
que aceptar que sería esposo de una arpía en
un mes de por si era difícil.
-Liz
me pidió que te pidiera ayuda con eso del vestido-estaba detrás de mí, yo no
hice ningún movimiento-me gustarían que fueran amigas
-dile,
no bueno llévala a las 3 hoy a la fabrica, así podrá ver o diseñar algo a su
gusto
-porque
no me dijiste que la estabas saliendo con alguien?-ambos seguíamos inmóviles-ya
no confías en mi?
Me
quede unos minutos en silencio, tome un pedazo de piña, y lo lleve a mi boca,
era una simple excusa para poder asimilar sus palabras.
-demasiado-termine
de pasar el pedazo-Salí con lucia-no le iba decir mis verdaderos motivos y solo
solté una estúpida excusa-te lo iba a decir cuando llegue pero Liz y tu no me
dejaron con semejante sorpresa
Aleje
el plato y encima deje el periódico. Me quite zapatos dispuesta a levantarme.
-fue
muy sorpresivo. Lo admito, me alegro por ti. Solo que debes entender que mi herida
aun está fresca.
Me
quite el blusón, y le deje ver mi bikini, color rojo, me levante y quede frente
a él, nunca me había dado que tan cerca habíamos estado hasta ahora que estaba
parada frente a él, podía escuchar su corazón latir.
-lo
entiendes no?
-claro-estaba
de lo más quieto. Era el hombre más guapo con un traje de oficina, pero claro
con unos típicos converse.
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